Un mirador sobre La Mansa, USHER

La intervención de Juan Carlos Areoso Usher en una de las unidades del edificio Le Jardin de Punta del Este logró transformar la planta convirtiéndola en un oasis de color donde las obras de arte y la iluminación resultan determinante.

La unidad ocupa alrededor de cien metros cuadrados y la distribución es inteligente y extremadamente funcional. El concepto de –caja contenedora- con el que suele proyectar Juan Carlos Areoso Usher en este caso aportó lo necesario para que la transformación fuera plena y profunda. El color intenso aplicado a las paredes que mantienen las guardas originales y el tratamiento de revestimiento mediante la utilización de alfombras logró generar un continente apropiado para que el equipamiento escogido, en buena medida ya venía con el habitante y aquel que fue diseñado especialmente, se relacionaran de una manera muy especial con las obras de arte que pueblan las paredes y superficies de los muebles de apoyo dispuestos en el perímetro de los ambientes.

… encontré situaciones en las que la intervención debió ser más intensa, como el caso de la terraza y otras en las que trabajamos con lo pre existente, como en la cocina. Luego intervinimos en los baños y logramos incorporar a los ambientes, los breves pero existentes espacios de circulación que ahora son ligeras transiciones que potencian la riqueza espacial del apartamento…

Las pinturas del propio Juan Carlos Areoso Usher, que también es un conocido artista plástico, conviven con otras obras que el habitante ya tenía. El conjunto funciona como un continente que alcanza la armonía en la voluptuosidad de la cantidad. Pequeñas tallas en madera y algunas en metal, un par de esculturas en piedra que flanquean el acceso al apartamento y un sinnúmero de pequeños objetos que equilibran la ocupación del espacio generan la sensación de confort que va más allá de consideraciones formales relacionadas con el mobiliario. Una gran rinconera genera el retén para el sector de dialogo que enfrenta a un comedor organizado a partir de K una mesa circular con capacidad para cuatro sillas. Este conjunto de fuertes líneas nórdicas atiende una necesidad y al mismo tiempo aporta desde la forma.

La cocina mantiene el mobiliario estructural original y la intervención se concentró en los detalles que hacen la diferencia. La pared revestida en espejo, el encantador juego de mesa en hierro que transformó el patio-lavadero posterior en una encantadora terraza. Pero la intervención más fuerte, la que más llamó nuestra atención aparece en la terraza principal. Allí Areoso resolvió jugar con los desniveles de la planta y revestir en madera el pavimento que de esta forma queda integrado al living que le precede, con lo cual se genera un gran ambiente que además incorpora un pequeño living exterior estructural y genera una barra jardín que aporta verde y da sentido al maravilloso mirador que instala al habitante frente a una despejada visión de la playa mansa. La iluminación, rasgo distintivo en todas las intervenciones de Areoso Usher, nuevamente enseña una marcada preocupación por la tensión y el drama con lo cual genera situaciones que funcionan con luz natural y a la noche proponen otra escenografía.

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