Un reloj, como una ciudad, es una pequeña fábula en movimiento: mide el tiempo y promete eternidad al mismo tiempo, como si un hombre pudiera sostener el océano en una taza de té. Rolex lo sabe: rinde homenaje a las conquistas humanas, pero no solo al destino final, sino al tránsito lleno de tropiezos, alegrías y desvíos imprevistos. Un viaje donde la victoria no se mide por la llegada, sino por la paciencia de los pasos intermedios. Durante más de medio siglo, la marca ha apadrinado artistas y instituciones culturales, no por ostentación, sino para perpetuar la memoria y tender un puente entre pasado, presente y futuro.
En la Iniciativa Perpetual Arts, la arquitectura conversa con la danza, el cine baila con la música, y la literatura se cruza con el teatro: un gran salón de espejos en el que cada arte refleja al otro. Rolex no organiza eventos; crea un ecosistema donde la excelencia se transmite, y las nuevas generaciones reciben la batuta de un legado que no caduca, como el tic-tac de un reloj que jamás se detiene.
El pasado mayo se inauguró la 19.ª EXPOSICIÓN INTERNACIONAL DE ARQUITECTURA, LA BIENNALE DI VENEZIA, con el patrocinio de Rolex. La arquitectura se muestra aquí como un espejo que nos devuelve nuestras propias paradojas: edificios sólidos que acogen lo efímero, espacios rígidos que fomentan libertad, estructuras históricas que enseñan a imaginar el futuro. Desde 2014, Rolex es Patrocinador Exclusivo y Reloj Oficial de La Biennale Architettura, el principal foro internacional de debate, celebrado entre el 10 de mayo y el 23 de noviembre.
Carlo Ratti, arquitecto e ingeniero italiano y comisario de esta Biennale, propone un interrogante que podría ser un acertijo de Chesterton: ¿puede un entorno construido adaptarse a un planeta que se calienta, cuando la piedra y el metal parecen resistirse al cambio? Tituló la exposición Intelligens. Natural. Artificial. Collective, convocando ideas que desafían nuestra lógica cotidiana: sesenta pabellones, sesenta países, sesenta maneras de demostrar que lo pequeño puede salvar lo grande y que la fragilidad puede ser más firme que el acero.
EL PABELLÓN ROLEX
El pabellón anterior, levantado en 2018, fue reemplazado por un edificio que parece una paradoja tangible: artesanal y moderno, reciclado y elegante, humilde y ambicioso. Rolex confió su diseño a Mariam Issoufou, arquitecta nigeriana de fama internacional, cuyos proyectos han viajado de Niamey a Zúrich y Nueva York. Issoufou entiende la sostenibilidad no como un concepto ambiental limitado, sino como un tejido que entrelaza lo social, lo económico y lo cultural. Su pabellón refleja la filosofía de Rolex: creación destinada a perdurar, un reloj que no marca el tiempo sino que lo preserva.
La fachada de madera reciclada evoca los biseles estriados de los relojes icónicos; el techo de vidrio de Murano cambia de color con la luz, y el suelo de terrazo incorpora cristal «cotisso» triturado, como si lo efímero se hubiera vuelto eterno. Cada elemento, por mínimo que parezca, es una paradoja: el reciclado se transforma en lujo, lo frágil se vuelve perdurable, la modestia se convierte en grandiosidad.
LA EXPOSICIÓN DEL PABELLÓN ROLEX
Se proyecta una película sobre la construcción del pabellón, junto a maquetas y fotografías de los artesanos venecianos. Entre otras proyecciones destaca Readueñarse del espacio en Beirut.
Anne Lacaton, ganadora del Premio Pritzker 2021 con Jean-Philippe Vassal, convierte lo viejo en un lujo revolucionario. Su lema parece una paradoja: lo que ya existe puede ser más valioso que lo nuevo. A través de Rolex, en 2023-2024 fue mentora de Arine Aprahamian, armenio-libanesa que, con su documental Bourj Hammoud: The Value of the Existing, demuestra que pequeñas intervenciones pueden mejorar la vida cotidiana en Beirut, donde la densidad urbana desafía la imaginación. En su trabajo, cada escalera, cada patio, cada muro intervenido es una contradicción visible: lo pequeño transforma lo grande, lo antiguo puede ser más útil que lo moderno.
La tradición artesanal de Rolex también se refleja en boutiques reformadas: en Milán: Antonio Citterio y Patricia Viel (ACPV ARCHITECTS) remodelan la boutique de la Galleria Vittorio Emanuele II. Tres plantas donde lo contemporáneo respeta la historia y los suelos de terrazo veneciano enlazan pasado y presente. La paradoja es clara: la innovación es un acto de reverencia. En Tokio: Gwenael Nicolas, de Curiosity, diseña una boutique insignia donde el bisel doble incrustado en cristal parece moverse con la mirada. Tradición y modernidad conviven: travertino, madera de sen, vidrio esmerilado, tejido Nishijin ori y muebles verdes lacados forman un Japón reinventado, pero inmutable.
LOS AUTORES
Mariam Issoufou: académica, arquitecta y fundadora de Mariam Issoufou Architects. Catedrática en ETH Zurich, exprofesora en Brown, crítica del Aga Khan 2021, seleccionada por el New York Times entre las «15 mujeres creativas de nuestro tiempo». Su Hikma, biblioteca y mezquita en Níger, ganó dos premios LafargeHolcim y demuestra que la arquitectura puede ser puente entre lo tangible y lo espiritual, entre lo humilde y lo grandioso.
Arine Aprahamian: fundadora de MÜLLER APRAHAMIAN, inspirada en ciencia ficción y lugares existentes. Su proyecto Terraforma estudia la arcilla como material ancestral transformado en alternativa innovadora: una paradoja visible, donde lo antiguo es futurista y lo cotidiano se vuelve extraordinario.
Anne Lacaton: desde 1987 con Lacaton & Vassal, defiende la renovación de lo existente. Profesora en ETH Zurich y Harvard, galardonada con el Jane Drew Prize 2025, convierte la austeridad en lujo, la memoria en innovación y lo pequeño en revolucionario.
Carlo Ratti: comisario de la Biennale Architettura, arquitecto e ingeniero, imagina ciudades que se adaptan a un planeta en cambio constante. Su visión es la paradoja perfecta: estructuras firmes que abrazan la flexibilidad, inteligencia artificial que aprende del caos humano.
ACERCA DE ROLEX Y EL SAVOIR-FAIRE
Rolex es manufactura suiza independiente, símbolo de elegancia y prestigio. Sus relojes Oyster Perpetual y Perpetual, certificados por COSC y revisados internamente, llevan el sello verde de Cronómetro Superlativo, garantía de precisión. «Perpetual» no es solo palabra: es filosofía. Desde el Oyster de 1926 hasta el rotor Perpetual de 1931, con más de 600 patentes, Rolex fabrica y ensambla todos sus componentes, cuidando cada detalle como un artesano que teme al tiempo y lo venera.
Además, la marca apoya las artes, el deporte, la exploración y la conservación del planeta, recordándonos que el tiempo, bien entendido, puede ser generoso y que la eternidad puede estar contenida en un simple tic-tac.
Fotografías Rolex