Desde Montevideo, KUK propone una nueva manera de habitar el corazón del hogar. Modular, flexible y profundamente humana, esta línea de cocinas creada por Sebastián Rial y Victoria Scola, La Agencia, desdibuja los límites entre el mobiliario y la arquitectura interior, entre la tradición y la innovación. Con premios internacionales bajo el brazo y una mirada local comprometida, KUK transforma el acto cotidiano de cocinar en una experiencia de diseño integral.
En una ciudad donde las cocinas se compran como electrodomésticos —paquetes cerrados, sin alma ni carácter—, dos diseñadores uruguayos decidieron encender otro fuego. Sebastián Rial y Victoria Scola, La Agencia, nombres conocidos en el circuito del diseño internacional, apretaron el freno de mano y miraron hacia adentro: ¿y si diseñamos no solo para el uso, sino para el encuentro? ¿Y si la cocina no fuera un espacio funcional sino un territorio emocional? ¿Y si no fuera un producto, sino un lenguaje?
Pero cuidado: no estamos hablando de “una nueva línea de cocinas”. No, no, no. Esto es otra cosa. KUK es un sistema modular nacido en Uruguay, sí. Fabricado aquí, también. Pero sobre todo es una idea: la de una cocina que se piensa como mobiliario, se habita como una sala, se vive como un lugar de reunión. Es diseño, claro. Es tecnología, por supuesto. Pero ante todo es experiencia. Una cocina como escenario de lo cotidiano. Un manifiesto de madera y metal, listo para subvertir el hábito.
Cada módulo, cada textura, cada encuentro entre materiales está pensado para borrar fronteras: entre cocina y comedor, entre trabajo y juego, entre preparar y compartir. KUK desdibuja el límite entre lo funcional y lo poético. Porque sí, también se puede cocinar con poesía.
Su estructura abierta y componible permite al usuario convertirse en editor de su espacio. No hay jerarquías fijas, no hay una sola manera de armar la escena. Como si se tratara de un juego de bloques sofisticado, cada cocina es única, armada a medida de los ritmos, gestos y costumbres de quien la habita.
Y eso no es todo. Porque KUK no solo se piensa bien, se hace bien. Cada pieza se fabrica localmente con materiales seleccionados y mano de obra especializada. No es un diseño global disfrazado de producto nacional. Es un proyecto con identidad uruguaya y estándares internacionales. Una rareza. Un gesto. Un lujo coherente.
¿El resultado? Una cocina que no grita, pero brilla. Que no impone, pero transforma. Una cocina que ha recibido los máximos honores del diseño internacional —Good Design, European Product Design Award, New York Product Design Award—, pero que encuentra su verdadera gloria en cada casa donde alguien cocina, ríe y comparte.
Porque eso es, en el fondo, KUK: una rebelión silenciosa contra la cocina como máquina, y una apuesta por la cocina como espacio de vida.
Diseño e imágenes: LA AGENCIA
Producción y comercialización: ZONA M
Premios: Good Design, New York Product Design Award, European Product Design Award