Luna Llena en José Ignacio. Candida Tabet

por Daniel Belandria

 

José Ignacio es un balneario uruguayo ubicado en el departamento de Maldonado, a 20 minutos de Punta del Este. Se trata de un pequeño poblado que se posiciona sobre una península que se interna dos kilómetros y remata un icónico faro. Justo en las proximidades del pueblo, en un enclave natural privilegiado, está Luna Llena, una extraordinaria casa de verano cuyo proyecto estuvo a cargo del estudio brasilero Cándida Tabet Arquitetura.

A lo lejos, Luna Llena aparece como un volumen prismático que se levanta sobre la línea horizontal del paisaje marcando un acento. Se trata de una composición volumétrica regular y sobria, con un marcado lenguaje racional y contemporáneo. Por su configuración formal, la casa puede entenderse como un elemento concentrado, un punto geométrico que confiere orden tanto al paisaje que lo rodea como a lo que contiene adentro.

La planta de la casa se desarrolla según un esquema de H, en el que los muros principales se alinean en el sentido longitudinal, dirigiendo así las vistas al paisaje. Estos muros principales exhiben un marcado espesor que da cuenta de su condición estructurante, tanto de las cargas como de los espacios internos. Materialmente, la obra se resuelve a partir de muros recubiertos en ladrillo, amplios planos acristalados y soportes y aleros en madera.

Una vez dentro de la edificación, el esquema inicial de H se descompone en dos prismas alineados al eje longitudinal de la planta. El área central es ocupada por el living. Con su doble altura funge como ordenador espacial de la casa. La presencia de este imponente espacio se ve reforzada por un escultórico fogón que se eleva a través de todo el interior sobrepasando la cubierta central.

Cruzando el living, un segundo eje atraviesa los dos bloques distribuyendo la circulación hacia los demás espacios que completan el programa de planta baja: cuarto de huéspedes, oficina, un gran comedor con capacidad para 20 comensales y la generosa cocina que le sirve. Este segundo eje se extiende más allá de la casa para conducir a la piscina y la terraza.

En la planta alta, un pasillo común en forma de U rodea la doble altura del living y conduce a las habitaciones. El pasillo flota sobre el vacío, lo que lo convierte en una verdadera pasarela a través de la cual se visualiza la planta baja. En sus dos ensanches, el pasillo configura espacios de permanencia desde donde contemplar el exterior que se filtra a través de las envolventes vidriadas. Cada uno de los extremos de los dos bloques da lugar a impresionantes suites. Estas, además disfrutar de generosas áreas, poseen amplias vistas sobre el paisaje.

La casa se sirve de una edificación auxiliar, lo que convierte al proyecto en un conjunto arquitectónico. Esta edificación, de menor tamaño y una sola planta, concentra un programa complementario compuesto por gimnasio, sala de tv y baños. Su alineación sigue el eje longitudinal de la piscina, conformando una gran L junto con el edificio principal.

En la casa Luna Llena la economía de elementos arquitectónicos contrasta con la exuberancia de la espacialidad recreada. En su interior es imposible no sentir cómo el verano se filtra a través de las pérgolas. La luz natural dibuja un espectacular grafismo de sombras sobre los muros de ladrillo. Más allá de estos, el paisaje completa la deleitante experiencia. Sin duda, se trata de un ejercicio destacado de arquitectura contemporánea, arquitectura que logra, con su presencia, resaltar este maravilloso enclave natural.

Fotografías Estudio Candida Tabet

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