Desde los interiores más poéticos hasta la arquitectura que se funde con el paisaje, estas siete mujeres han hecho del diseño un lenguaje profundo. Un gesto estético que no busca imponerse, sino habitar, acompañar y emocionar.
Con motivo del Día de la Madre, en Club AYD rendimos homenaje a Valentina Cibils, Helena Montanarini, Mechi Ocampo, Carolina Proto, Sofía Ruiz, Nanda Schuch y Joseane Sturmer, referentes que, desde distintas disciplinas y trayectorias, han dejado una huella indeleble en la forma en que vivimos y nos vinculamos con los espacios. Proyectos que inspiran —no solo por su ejecución— sino por la mirada femenina, sensible y visionaria que los define.
Valentina Cibils
Arquitectura que respira paisaje
Ubicada en las sierras de Lavalleja, esta vivienda proyectada por Valentina Cibils se posa sobre una pendiente con la naturalidad de lo inevitable. Con guiños a la arquitectura colonial reinterpretados desde una clave contemporánea, la casa combina materiales nobles —piedra, hierro, madera— con una geometría serena y precisa. Una galería perimetral abraza el volumen principal, mientras una piscina aterrazada desciende suavemente hacia el paisaje.
Adentro, el núcleo social —living, comedor y cocina— se abre al exterior con generosidad. No hay límites: el entorno entra, se queda y estructura el habitar. Una casa que dialoga con el territorio sin alardes. Contención y contemplación en partes iguales.
Lee la nota completa.
Helena Montanarini
La esencia como punto de partida
Columnista de Vogue, directora creativa y consultora de diseño, Helena Montanarini es mucho más que una diseñadora industrial. Su talento ha dado forma a conceptos para marcas como Le Lis Blanc, Daslu y Giorgio Armani, así como a espacios comerciales y escenografías teatrales. Desde su estudio, desarrolla proyectos donde el diseño no es solo forma, sino alma.
Fiel visitante de Uruguay desde hace más de 20 años, Montanarini ha encontrado en Punta del Este un paisaje emocional donde las ideas respiran a otro ritmo. Para ella, el diseño no admite vacío: debe contar algo, conmover, pertenecer. Un manifiesto estético que es, ante todo, una ética del gusto.
Lee la nota completa.
Mechi Ocampo
Una casa que crece con la vida
La Candelaria, en José Ignacio, no fue concebida de una vez, sino a lo largo del tiempo. Cada ampliación, cada rincón, cada objeto lleva la impronta de Mechi Ocampo, quien supo acompañar con diseño el crecimiento de una familia. La arquitectura de Francisco Fracchio es el punto de partida; la mirada de Ocampo, el alma del espacio.
El resultado: un hogar vivible, cálido, sensible. Un equilibrio justo entre lo emocional y lo funcional. Galerías para recibir, ventanales que enmarcan el faro, una biblioteca insólita que guarda botellas. Aquí, los espacios no se habitan: se recuerdan.
Lee la nota completa.
Carolina Proto
El arte de traducir vidas en espacios
Desde Obra Prima, su estudio en Punta del Este, Carolina Proto lideró una intervención integral sobre un proyecto de Martín Gómez en La Barra. Seis de las diez unidades fueron adaptadas a medida para una familia que las habitaría. El resultado: seis formas de vivir bajo un mismo espíritu arquitectónico.
Proto no solo interpreta espacios; los escucha. Maderas naturales, textiles nobles, piezas únicas y luz abundante conforman interiores honestos y profundamente personales. Un lenguaje cálido, versátil y sin artificios, donde el diseño es una forma de intimidad.
Lee la nota completa.
Sofía Ruiz
Modernismo atemporal en clave familiar
En una casa en La Tahona, Sofía Ruiz revivió la esencia del Mid Century Modern sin caer en el gesto nostálgico. Mobiliario de autor, paleta pastel, maderas laqueadas y textiles naturales estructuran una narrativa visual donde el confort convive con la elegancia.
Cada ambiente es un ensayo de armonía: desde un dormitorio infantil con techo empapelado hasta un estar diario con biblioteca de roble y luminarias de Bernard Albin Gras. El comedor, con luminaria de Vibia traída desde España, es puro carácter. Una casa pensada para disfrutarse, donde cada rincón cuenta una historia.
Lee la nota completa.
Nanda Schuch
Historia, memoria y presente
Reformar una casa de los años 80 en Rincón del Indio sin traicionar su esencia. Ese fue el punto de partida de Nanda Schuch, que convirtió una casa de veraneo en residencia permanente. El proyecto mantuvo piezas con historia y sumó materiales nobles, texturas honestas y arte con carga emocional.
Lámparas de autor, jarrones europeos, objetos sustentables y mobiliario curado configuran una atmósfera serena y actual. El resultado es una casa elegante, sobria y emocionalmente cargada. Un diálogo entre el pasado y el presente donde cada detalle importa.
Lee la nota completa.
Joseane Sturmer
Curaduría de materia y emoción
En una casa en Maldonado, proyectada por el Estudio BN, Joseane Sturmer desplegó un interiorismo de autor. Con piezas de Sergio Rodrigues, Domingos Tótora y textiles naturales, transformó un volumen de hormigón en un refugio sensorial donde forma y materia narran el espacio.
Desde su estudio Occidente, fundado en 1996, impulsa una visión ética del diseño: sustentable, cultural, profundamente humano. En esta casa, cada elección —desde las alfombras hasta el mobiliario— es una decisión curatorial. Una casa que se lee como un manifiesto.
Lee la nota completa.
Diseñar como un acto de amor
No hay diseño sin alma. No hay hogar sin historia. Estas siete mujeres han hecho del habitar una forma de expresión, un gesto de escucha, un espacio de conexión. Cada una, desde su universo estético, nos recuerda que el diseño no es solo forma: es fondo, es gesto, es presencia.
Ellas no solo proyectan. Acompañan. Maternan. Y nos inspiran.