La casa de la laguna. Ximena Arcos y Martín Gómez Platero en Carrasco

Cuando la diseñadora Ximena Arcos Pérez ingresó a la casa se sorprendió por la calidad espacial y el enorme potencial que ofrecía. Sus habitantes, una familia integrada por un matrimonio y tres hijos mayores, dejaban atrás una casa más grande en Carrasco, estaban felices con el nuevo continente, pero era necesario ordenar y completar la tarea de instalarse.

“Tengo una capacidad innata para leer espacios e imaginar situaciones. A partir de esa primera lectura es que comienzo a descubrir en mis clientes sus necesidades e inquietudes, siempre a partir de la información relacionada con sus rutinas y ritmos de vida”, nos afirma la joven y talentosa Ximena Arcos Pérez, mientras nos abre las puertas de una casa de líneas modernas, proyectada por el arquitecto Martín Gómez Platero.

“Trabajé mucho con mi clienta, una mujer dinámica, de gran espíritu, que fue, además, la que escogió el terreno. Esta casa tiene una de las mejores ubicaciones dentro de la urbanización, de hecho, fue la primera casa construida en la primera isla de las dos que conforman el barrio Lagos. De allí esa increíble vista hacia la laguna. Luego, el proyecto arquitectónico es increíble, no desperdicia un metro cuadrado, y la casa, que se desarrolla en dos plantas, respeta una idea clara de los habitantes; cada planta funciona como una unidad independiente, con la suite principal en la planta baja y los dormitorios para los chicos, con sus baños y espacios para estar, en la planta alta.”

La estructura de la casa es rectangular y ocupa todo el frente del terreno. El ingreso, ubicado en eje corrido, es franco e incluye un pequeño hall, vestido con un óleo de gran formato de Jauje, una pequeña y encantadora mesa de recibo y una butaca provenzal francesa. Luego marca dos desvíos, uno hacia la suite principal y otro hacia la cocina y hacia la escalera que conduce a la planta alta, el camino recto desemboca en un gran ambiente que ha sido concebido para contener la rutina familiar, living, comedor y la cocina, que es abierta. La contra fachada está cerrada por grandes ventanales que generan un contacto directo con el jardín y la laguna.

“Mi trabajo consiste en ordenar a partir de un plan determinado. En este proyecto eso fue lo primero, generar los espacios para que las situaciones fueran posibles. Así fue que eliminamos algunos muebles y recuperamos otros. Es el caso de los muebles de asiento que ya estaban y los vestí con fundas de lino beige. Agregamos una butaca tapizada en cuero de potro y generamos un sector de diálogo muy descontracturado y fresco. Es el ambiente que se usa todo el día, todos los días. Más atrás dispusimos el comedor. Lo orientamos a lo largo, en secuencia con la cocina, que se abre mediante puertas que se guardan en la estructura del edificio y así ofrece una visión amplia y cómoda. Con la mesa, el trabajo fue de limpieza, la llevamos a la veta y luego la dejamos clara. Las sillas, con asientos de cuero, también fueron revestidas con lino en igual tono de beige que las butacas, y agregué dos pequeñas arañas con caireles. Estos elementos aportan mucha calidez al ambiente.”

El resultado funciona. El gran espacio alberga la actividad familiar y social de la casa y lo hace cómodamente. El espacio exterior, de presencia permanente en el interior, también fue intervenido por Ximena Arcos Pérez. En línea con el comedor y aprovechando un cerramiento estructural que propone un patio abierto protegido, la diseñadora armó un living con sofás franceses modernos cubiertos con fundas de tela blanca.

“El jardín de esta casa es algo especial, mágico. La presencia de la laguna y la visión de su ribera, que por el pequeño tamaño del espejo de agua ofrece un paisaje sobrecogedor, lo convierten en un espacio que se vive en cualquier época del año. Aproveché un sector inmediato a la casa, cubierto por una gran losa, para generar un living que está vinculado al parrillero de la casa. Allí armé un sector de diálogo. Luego, sobre la laguna y aprovechando la piscina y el muelle, generé otro sector con mesas y sillas, que se vincula con el solárium y el agua.”

El trabajo de la diseñadora es intenso y vital y se basa en la interpretación de las necesidades e inquietudes de los habitantes.

“Me importa mucho partir de los muebles, complementos y adornos con que ya cuentan mis clientes. Son su historia, su realidad y, de alguna manera, se vinculan con situaciones que es necesario mantener, aun cuando sea necesario actualizarlas. Luego están los aportes que hacen a la atención de las situaciones que estamos ordenando y generando. Allí es cuando nos embarcamos en la tarea de rastrear y buscar soluciones en el mercado o en los talleres, donde encargamos la construcción de aquello que debemos crear. Con respecto a mi estilo, me preocupa mucho la calidez y la comodidad que solo entiendo a partir de los gestos referenciales a la humanidad. La iluminación, los colores, las formas, todo debe apuntar hacia lo básico y pleno de contenido.”

 

Fotografías José Pampín

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