Ubicado en una de las zonas más codiciadas de la ciudad, este edificio, diseñado por el Estudio Carlos Ott en colaboración con Carlos Ponce de León Arquitectos, trasciende la mera arquitectura para convertirse en una experiencia sensorial. Su ubicación, frente al Parque Villa Biarritz y a escasos metros de la Rambla de Punta Carretas, lo inserta en un contexto privilegiado, rodeado de clubes, restaurantes, colegios y el Punta Carretas Shopping, asegurando una vida urbana sofisticada y funcional.
El proyecto de interiorismo de la unidad que ahora recorremos junto a ustedes, a cargo de la reconocida interiorista Vicky Baumgartner, ha sido concebido con una visión precisa que fusiona confort y estética, con una selección de materiales de la más alta calidad y un diálogo constante entre luz, texturas y volúmenes.
Todas las unidades presentan distribuciones amplias y abiertas, donde la luz natural se filtra a través de grandes ventanales, proyectando sombras que dan vida a los ambientes y resaltan los detalles arquitectónicos. La paleta cromática se inclina, en este caso, por tonos neutros y terrosos, generando una atmósfera de serenidad que acoge y envuelve al habitante.
En el apartamento modelo, la incorporación de líneas curvas en el mobiliario redefine la percepción del espacio, suavizando los límites entre áreas y promoviendo una fluidez orgánica. Este recurso, lejos de ser meramente estético, responde a una tendencia global donde la rigidez geométrica cede terreno a formas más naturales y envolventes. La selección de mobiliario resalta el equilibrio entre sofisticación y funcionalidad: piezas con diseño depurado, de líneas simples, pero con una presencia contundente, confeccionadas en materiales nobles como la madera, la piedra y el metal en acabados mate.
Los espacios comunes refuerzan esta filosofía de diseño. La piscina climatizada, el sauna y la sala de masajes no solo responden a una propuesta de bienestar, sino que están ambientados con una sutileza que evoca spas de alta gama. Las dos barbacoas, el playroom, el kids club y el cine han sido proyectados con una atención exquisita a la funcionalidad, sin perder la coherencia estética del conjunto. El pet spa, un detalle innovador, refleja una visión moderna de la vida en la ciudad, donde las mascotas también tienen su espacio dentro del diseño residencial de lujo.
Bilú Biarritz es más que un edificio: es una afirmación de que el diseño de interiores puede transformar la experiencia de habitar un espacio. Cada rincón ha sido proyectado con una sensibilidad que no solo busca impresionar, sino también generar una conexión emocional con sus habitantes. En este proyecto, la arquitectura no se impone sobre el entorno, sino que dialoga con él, y el diseño interior no es un complemento, sino el alma misma de la propuesta. Para quienes buscan no solo un hogar, sino un refugio de estética y bienestar, Bilú Biarritz se erige como la elección definitiva.
Fotografías ARS Fotografía / Altius Group