ALFA ROMEO Made in Italy

Con un comportamiento irregular entre nosotros, la marca ALFA ROMEO destaca en la historia del automóvil europeo como una usina de innovación y un laboratorio de prueba y ensayo para el desarrollo de la industria.

La marca nace com tal en el año 1920, como consecuencia de la fusión entre las empresas Anonima Lombarda Fabbrica di Automobili (A.L.F.A. Según sus siglas) y la Società in accomandita semplice Ing. Nicola Romeo e Co. (Propiedad de Nicola Romeo), se toma como fecha fundacional oficial el 24 de junio de 1910, en la cual un grupo de asociados le adquirió al cavaliere Ugo Stella el control de la filial italiana de Darracq, creando así la marca ALFA.

A lo largo de su historia, la marca destacó por sus automóviles de turismo de alta gama y por sus coches deportivos. En esta última materia, sus coches supieron ser protagonistas en diferentes competiciones internacionales, llegando entre otras cosas a conquistar los dos primeros campeonatos de pilotos de Fórmula 1, en los años 1950 y 1951. A su vez, estuvo relacionada con la creación de la Scuderia Ferrari, ya que su fundador, Enzo Ferrari, se inició a bordo de máquinas Alfa Romeo y utilizó coches de esta marca para fundar su equipo. En el año 2019 se produjo su regreso a la F1, tras celebrar un acuerdo con la escudería Sauber F1 Team, constituyéndose el Alfa Romeo Racing. La marca ha recorrido un largo camino, entre los años 1932 y 1986 fue propiedad del Estado Italiano (Istituto per la Ricostruzione Industriale), luego fue adquirida por la familia Agnelli que la incorporó al mundo de la FIAT GROUP y luego formó parte de la uni{on entre FCA Italy y FIAT CRYSLER, para a partir del año 2021 integrar el grupo Stellantis.

Aunque los orígenes de Alfa Romeo (originalmente ALFA) se remontan al año 1910, su actividad industrial comienza en el año 1906, cuando el fabricante francés de automóviles Pierre Alexandre Darracq abrió una planta en Milán para producir sus vehículos para el mercado italiano. Sin embargo, sus coches eran demasiado pequeños y poco útiles para un mercado que demandaba otras prestaciones, por lo que abandonó el proyecto en 1909. Su director general, Ugo Stella, decidió insistir y con la ayuda del Banco Agrícola de Milán, diseña el modelo, el 24 HP que incorporaba un motor monobloque, algo innovador para la época, con cuatro cilindros y cuatro litros de cilindrada, capaza de alcanzar los cien kilómetros en la hora. Para 1910, un grupo de industriales lombardos decide empezar la producción y Darracq les vende su filial italiana con la fábrica de Portello incluida. En junio de ese mismo año se constituye la Anonima Lombarda Fabbrica Automobili, que adopta como símbolos la cruz roja sobre campo blanco de la insignia de Milán y el Biscione, la serpiente sobre campo azul, símbolo de los Visconti. En el año 1915, tras la posesión de A.L.F.A. por parte de acreedores e inversionistas, Nicola Romeo, un empresario industrial de origen napolitano fue puesto al frente, en representación de los bancos para redirigir la fábrica de Portello, de la producción de material bélico. Tras el fin de la Primera Guerra Mundial, en 1920, Nicola Romeo buscó la fusión de A.L.F.A. con su propia empresa, constituyendo de esa manera Alfa Romeo S.p.A., retomando la producción de automóviles.

En el año 1921 Merosi diseña el modelo que dará fama a los Alfa Romeo en todo el mundo. El RL, un elegante 6 cilindros de 3 litros, con balancines y válvulas en la culata, frenos delanteros estabilizadores y otras innovaciones que hacen del modelo un verdadero éxito del que se fabrican 2640 unidades. Se prepararon además derivados de mayor potencia, el RLT Turismo de 61 CV (44,9 kW) y el RLS, un deportivo de 71 CV (52,2 kW) que alcanzaba fácilmente los 150 km/h (93 mph) y Campari lo llevó a 178 km/h (111 mph) en la Targa Florio de 1923, en esta carrera Ugo Sivocci y Antonio Ascari consiguieron el primer doblete de la marca. El modelo RM de 1923 con cuatro cilindros de 2 litros estaba inspirado en el RL, pero de menor tamaño y más económico. Se vendieron cerca de 500 ejemplares en sus tres versiones. Merasi rediseñó el modelo GP para construir un automóvil de carreras biplaza, el P1, que resultó ser muy inestable y en la carrera de su debut en Monza en 1923, Sivocci se salió de la carretera y murió a consecuencia de las heridas recibidas en el accidente.

Fue un duro golpe para la compañía y en especial para su gran amigo Enzo Ferrari. El P1 no volvió jamás a competir.
Por mediación de Enzo Ferrari, en ese entonces jefe del equipo de competición de ALFA, entra en la compañía el gran diseñador de FIAT, Vittorio Jano con el que comenzaría una nueva etapa gloriosa para la marca. Su primer aporte fue el mítico P2 que junto a los Bugatti T35 marcaron las carreras de toda la década. Fue el primer 8 cilindros de Alfa Romeo con motor sobrealimentado. También se debe a Jano el diseño de los primeros modelos de producción en serie, el 6C-1500, un automóvil ligero pero que resumía muy bien la filosofía deportiva de Alfa, ya que a pesar de ser un coche de calle sus prestaciones eran inusuales y versátiles. Entre 1927-1929 se fabricaron 1075 unidades hasta que fue sustituido por una de las joyas de Alfa-Romeo, el 6C-1750, que aumentaba la potencia, la seguridad y la velocidad de su antecesor, aunque conservaba su peso y estructura. Se produjeron en versiones Turismo, Gran Turismo, superdeportivo y Gran Deportivo. Este último alcanzaba los 100 CV (73,6 kW) y los 170 km/h (106 mph). En su History of Alfa Romeo de 1970, Peter Hull decía del 6C-1750: “Los coches que son tan atractivos y excitantes como una mujer bonita suele tener algún fallo, pero en este caso el Alfa 1750 es una excepción”. (*) Este modelo consiguió salvar a la compañía de una grave crisis producida por el mal momento económico de la Banca di Sconto.

En 1928 Nicola Romeo dejó la compañía, que estaba a punto de cerrar, y fue sustituido por Ugo Ojetti, director del diario milanés Corriere della Sera, que volcó todos los esfuerzos en la comercialización de los modelos 6C. El éxito de ventas del 1750, del que se fabricaron 2575 ejemplares para todo el mundo, salvó a la marca.

En los automóviles de calle, en el año 1933 salió el 6C-1900, última evolución del 1750 con culata de aleación ligera y mayor potencia, del que se fabricaron 200 unidades que precedieron al lanzamiento del 6C-2300 diseñado por Vittorio Jano. Tenía un solo disco de embrague y cuatro marchas más la reversa. Los amortiguadores traseros se controlan hidráulicamente desde la posición de conducción. Se vendió en tres versiones, Turismo, Gran turismo y Pescara; esta última de mayor potencia 95 CV (70 kW), llegaba a los 150 km/h (93 mph). Para mantener la superioridad de la marca en la categoría Sport, se fabricó un motor de ocho cilindros con la misma carrera y calibre que el modelo 6C, el 8C- 2300 de 2336 cm3) montados tanto en el modelo de chasis corto y el Spider como en el de batalla larga o en el chasis especial del monoplaza para Gran Premio, el modelo Monza. De los modelos Alfa- Romeo de estos años se podría decir lo que Henry Ford, el gran constructor estadounidense dijo cierta vez: Cuando veo pasar un Alfa Romeo, me quito el sombrero.

En los años cincuenta Alfa Romeo dedicó sus mayores esfuerzos en reactivar su sector de coches de producción. El doble objetivo de establecer la producción en cadena y rentabilizar sus éxitos en el terreno fue ampliamente cumplido. El modelo 1900 de Orazio Satta Puliga, un sedán de cuatro puertas y cinco plazas fue el primer coche del Biscione con carrocería autoportante y que relanzó la suerte de la empresa y logró satisfacer a un mercado cada vez más exigente. Montaba un motor de cuatro cilindros en línea de 1884 cc con 90CV y 150 km/h que pasaban de los 190CV en los modelos Super y Super Sprint. Este modelo introduce un nuevo concepto de coche, el sedán de altas prestaciones para uso cotidiano, que como decía su afortunado eslogan era “el coche de la familia que gana carreras”. Se vendieron más de 20.000 ejemplares, entre ellos la versión 1900 Panther para la policía italiana o la versión Matta (loca) para el ejército. La joya más preciada de la compañía fue el Giulietta Sprint. En estos años se inició una tendencia que continuaría en el futuro: la colaboración entre centros de diseño de interiores y diseñadores de carrocería. Los coches que se siguen produciendo llevan el ‘Fabricado en Italia’. El estilo de Alfa Romeo marcó tendencia: junto a los coches de producción, también se fabricaron ediciones limitadas de modelos únicos creados por diseñadores de primera fila.

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